martes, 23 de febrero de 2010

¿Hacia dónde nos dirigimos? Evolución de la tecnología y sus efectos en las organizaciones.

1. ¿Cómo ha evolucionado la tecnología y cuáles han sido sus efectos en las organizaciones?


A partir de un determinado momento en el infinito tiempo de la evolución biológica de las especies, una en particular, la nuestra, desarrolla su propio cerebro y se convierten en seres capaces de pensar su propia evolución, que junto al mundo real (biológico), se ve aparecer un mundo cultural (imaginario) y de ese mundo cultural pueden nacer, mucho más rápidamente que en el mundo real, ideas e invenciones como: el fuego, el paso del nomadismo al sedentarismo gracias a las novedosas técnicas agrícolas y ganaderas de la época, la rueda, el martillo, el motor y el transporte en la revolución industrial con la producción en masa, pero el más acelerador de los procesos históricos en la evolución de la tecnología, es sin duda, la irrupción del mundo numérico con la evolución vinculada a los bits de información al computador, a las redes de telecomunicaciones, se abren pues de este modo, las puertas del “ciberespacio” con una aceleración aún más extraordinaria.

A partir de los dos mundos anteriores, el real y el cultural (imaginario), viene a crearse un tercero, que es virtual, en el que se establece una nueva forma de relación entre el uso de las coordenadas de espacio y de tiempo, el cual supera las barreras espaciotemporales y configura un entorno en el que la información y la comunicación se nos muestran accesibles desde perspectivas hasta ahora desconocidas al menos en cuanto a su volumen, posibilidades y sus posteriores efectos en las organizaciones.


La evolución de la tecnología permite la generación de entornos de interacción que separan la necesidad de compartir el espacio-tiempo, facilitando en este caso nuevos contextos de intercambio y comunicación en la sociedad del conocimiento.

El aprendizaje híbrido o combinado. Acompañamiento tecnológico en las aulas del siglo XXI.

2. ¿A qué se refiere el aprendizaje combinado?


El aprendizaje combinado llamado también Blended Learning, es un fenómeno educativo que ha creado nuevas situaciones instruccionales y pedagógicas donde son posibles múltiples combinaciones de tecnología con instrucción presencial, en otras palabras, el aprendizaje combinado es “la habilidad de combinar elementos de capacitación e instrucción en el salón de clase, de aprendizaje a distancia en vivo y autónomo, y de otros servicios de aprendizaje avanzados aportados por las tecnologías de la información y la comunicación que dan soporte de tal manera que proveen aprendizaje a la medida del usuario” (Fox, 2002, p. 26)

Margaret Driscoll (2002), habla de una mezcla de diferentes formatos tecnológicos de la Web, donde pueden combinarse diversos enfoques pedagógicos y pueden utilizarse diversas formas tecnológicas instruccionales y a su vez adecuarse a actividades concretas para crear un efecto armónico de aprendizaje y trabajo.

Reconocimiento de los estilos de aprendizaje en cursos ofrecidos en línea.

3. ¿Por qué es importante considerar los estilos de aprendizaje en los ambientes de aprendizaje que utilizan tecnología?


Los estilos de aprendizaje hacen referencia a la manera en que cada persona se concentra, procesa, internaliza y retiene información. Dunn y Dunn (1998), por su parte Kolb (1976), define al estilo de aprendizaje como la forma en la que las personas perciben y procesan la información, dicho de otra manera, como lo afirma Billings (1993), el estilo de aprendizaje es la manera en la que el aprendiz recibe e interactúa con el proceso de instrucción y la manera en la que responde a su ambiente de aprendizaje.

Razones como las anteriores deben ser consideradas a la hora de planear y desarrollar ambientes de aprendizaje, bien sean tradicionales o aquellos en los que la tecnología se presenta como elemento imprescindible en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, así pues, es necesario conocer de antemano las preferencias y las tendencias en los estilos de aprendizaje de los estudiantes para que de este modo los ambientes de aprendizaje sean exitosos y cumplan con sus objetivos de enseñanza.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Hacia una nueva sociedad del conocimiento: retos y desafios para la educación virtual.

Con la invención de la escritura y aún más atrás con la invención de pigmentos para la elaboración de símbolos pintados y/o tallados en cualquier lugar incluso sus propios cuerpos, el hombre ha manifestado la necesidad de comunicarse, con sus Dioses, con sus iguales y con él mismo, para encontrar soluciones a los problemas de su entorno, para solicitar favores divinos a sus amados Dioses y para heredar a los suyos el legado acumulado de su conocimiento, es decir, su cultura.


Una cultura que observa cómo la aceleración tecnológica enfocada a la comunicación avanza a través de la historia impulsada por ráfagas de iniciativa, creatividad, innovación, talento y que convergen todas en la necesidad del hombre por conocer y darse a conocer.

De este modo la implantación en la sociedad de las denominadas nuevas tecnologías de la comunicación e información, está produciendo cambios insospechados respecto a los originados en su momento por otras tecnologías, como la imprenta y la electrónica.

Sus efectos y alcance, no sólo se sitúan en el terreno de la información y comunicación, sino que lo sobrepasan para llegar a provocar y proponer cambios en la estructura social, económica, laboral, jurídica y política, esto es debido a que no sólo se centran en la captación de la información, sino también, y es lo verdaderamente significativo, a las posibilidades que tienen para manipularla, almacenarla y distribuirla.

Surgen entonces, con la tecnología puesta en marcha, nuevas formas de comunicarnos traspasando barreras políticas, religiosas e idiomáticas y con esto, surgen también nuevas empresas “industrias culturales” que desde el desarrollo electrónico y satelital, generaron nuevos modos de comunicación y negociación que requieren también de un nuevo ciudadano, un ciudadano de conocimiento que se inserte efectivamente e interactué con su ciudad digital, con su ciudad inteligente en la construcción de la sociedad de conocimiento.

Así pues, las nuevas condiciones comunicacionales facilitadas por las industrias de la cultura permiten el aumento de intercambios económicos y culturales que ayudan a fortalecer la estabilidad de las regiones y la de sus habitantes, los cuales deben ser preparados desde el sistema educativo para enfrentar nuevos retos, nuevos obstáculos en nuestra sociedad, la sociedad del conocimiento.

martes, 2 de febrero de 2010

Un nuevo modelo educativo centrado en la persona.

Las escuelas tienen la tarea o la responsabilidad social de cumplir con la función de transmisión de la gran herencia cultural. La escuela básica es la encargada por definición y por reglamentaciones constitucionales de la socialización de los niños y jóvenes, pues es el segundo grupo social después de la familia al que los niños ingresan formalmente y durante años se encarga de transmitir el legado cultural, la cosmovisión y los valores de la sociedad, pero, para que ésta avance se requiere de cierta disidencia, una forma de pensamiento que se aleje de lo convencional y se apropie de nuevas formas de ser y de hacer. Las universidades son el mejor recinto para que esto suceda (Katz y Kahn, 1985); Durkheim, 1974).

Es por esto que las mentes disidentes, que revolucionan las ideas, alejados de lo convencional y apoyados en paradigmas teóricos del aprendizaje y estos a su vez sustentados en tradiciones epistemológicas, han logrado concebir un nuevo modelo educativo centrado en la persona, cuyo epicentro es el estudiante, un modelo que se aleja del proceso de enseñanza y se acerca al proceso de aprendizaje de tal modo que se reviste de singular importancia, puesto que, coloca al estudiante como el foco de un modelo concéntrico y de los cuales se espera que se asuman como actores y sujetos principales de la acción educativa, adopten un rol más activo, estén dispuestos a emprender acciones de forma más independiente, se arriesguen a ejercer control sobre lo que aprenden y se vuelvan más conscientes sobre su forma de aprender, ya que finalmente el aprendizaje es un hecho individual que se facilita en compañía de otros, sus compañeros estudiantes y por supuesto el profesor, quien se coloca a sí mismo como un recurso para el aprendizaje y trasciende la función informativa tradicionalista por una función de facilitación o mediación entre el estudiante, el contenido disciplinar y la formación de la persona en un sentido holístico.

No obstante las habilidades básicas, como la capacidad de resolver problemas o la capacidad de síntesis y la aplicación del pensamiento crítico, deben ser fomentadas junto con el conocimiento específico de la ciencia o disciplina que se estudie. El modelo centrado en el estudiante busca entonces, que se aprendan los fundamentos teóricos, que comprendan y puedan expresarse acerca de los últimos adelantos de una disciplina en particular y reconozcan su estado del arte.

Los currículos así diseñados a través del transformador prisma de este modelo, explicitan los conocimientos que los estudiantes adquieren junto a otros elementos formativos del currículo, tales como las habilidades, las actitudes y los valores.

De este modo las instituciones educativas comprometidas con el modelo centrado en el estudiante planean, organizan y ponen en marcha proyectos y servicios que complementen y apoyen a los estudiantes y a los profesores, pues se reconoce que los alumnos son la esencia de la institución y en forma muy cercana, los profesores son los otros actores principales.

Sin embargo toda institución educativa responde a las necesidades que demandan la sociedad o el grupo social particular. Es decir, las escuelas existen en tanto dan respuestas a las demandas sociales (Burbules y Torres, 2000) y además cuando establecen los objetivos que pretenden alcanzar, es más, si la misión coloca en el centro a los alumnos como su mayor preocupación y su principal objetivo, podemos decir que la institución acepta un modelo educativo centrado en el estudiante y que todas las acciones estarán encaminadas a la consecución de este fin.

Un modelo educativo en cuyo centro se ha colocado al estudiante y alrededor del cual se han colocado otros elementos igualmente importantes permite ver una imagen holística de la educación y entender mejor cómo se van construyendo los diferentes niveles que influencian el proceso de aprendizaje.

Ser estudiante es un hecho pasajero en la vida de las personas, pero al mismo tiempo perdurable: el efecto que la escuela tiene como formadora de las personas es una huella indeleble tanto en lo personal como en lo profesional.

Referencias Bibliográficas:

Lozano Rodríguez, A. & Burgos Aguilar, V. (2007) (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa. (Capítulos 2, 3, 4, 5 y 6)

Alanís González, M. (2010). Gestión de la introducción de la innovación tecnológica en educación. En Burgos Aguilar, V. & A. Lozano Rodríguez (Comp.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Trillas.